Hay semanas que te exprimen.
Hasta la última gota.
Reuniones que se solapan, decisiones que pesan, urgencias que no avisan, expectativas que a veces ni siquiera son tuyas. Vas cumpliendo. Vas resolviendo. Vas acelerando. Y sin darte cuenta, te has dejado a ti para después.
Y entonces llega el viernes.
Y con él, una sensación: la de que la vida —o al menos tu cuerpo— te está pidiendo un respiro. Pero no siempre lo escuchamos. Seguimos. Corremos. Nos anestesiamos con pantallas o listas de tareas que no se acaban nunca.
Hoy, decidí algo diferente.
Hoy, decidí parar.
Soltar amarras.
No como una huida, sino como una elección.Ajusté las velas.
Respiré.
Miré a La Mar —esa que siempre te dice la verdad, aunque no pronuncie palabra—
Y sentí cómo la mente se aflojaba, cómo el cuerpo se agradecía.
Desconectar no es perder el tiempo.
Es recuperar el sentido.
Es darte espacio para recordar por qué haces lo que haces, y para quién.
A veces basta con eso…
Bajar el ritmo. Apagar las notificaciones. Cerrar los ojos. Volver a ti.
Porque cuando paras… vuelves a ver con claridad.
Y sí, desconectar también es avanzar.
¿Y tú? ¿Cómo desconectas los viernes?
Si te apetece hacerlo navegando, compartiendo, respirando mar y reencontrándote con lo que te mueve, puedes formar parte de nuestra comunidad. Únete a nuestro grupo de whatsapp de la comunidad «La Tripu A Bordo» en el botón que encontrarás al pie de la página, o mándanos un whatsapp.
Te contaremos cómo subirte a nuestros #ABordoFridays.